Los diferentes síntomas
Trastornos digestivos
Los trastornos digestivos incluyen todos los trastornos que afectan a uno o más órganos o partes del sistema digestivo. Por lo tanto, estos trastornos están relacionados con la digestión.
Existen varios tipos de trastornos digestivos, entre ellos:
- Trastornos del tránsito intestinal: diarrea y estreñimiento, ya sean agudos o crónicos
- Acidez gástrica, resultante de un exceso de acidez en el estómago
- Síndromes intestinales dolorosos que incluyen cólicos, hinchazón y/o flatulencia
- Sangrado o hemorragia digestivaagentes (virus, bacterias...).
Dependiendo de su naturaleza, los trastornos digestivos pueden tener varios orígenes, entre ellos:
- Dieta: demasiado picante o poco rica en fibra
- Alergias digestivas
- Enfermedades crónicas como la celiaquía, la enfermedad de Crohn
- Una infección como la gastroenteritis
- Tomar la medicación ...
Los trastornos digestivos pueden dar lugar a determinados signos clínicos que pueden ser náuseas, vómitos, hemorragias del tubo digestivo u otros. Si la mayoría de los trastornos digestivos son benignos, algunos pueden indicar una enfermedad. Por lo tanto, es necesario consultar a un médico si persisten.
Sistema inmunitario debilitado
La inmunodeficiencia se caracteriza por un debilitamiento de las defensas del organismo.
El intestino es una parte clave del sistema inmunitario. De hecho, es el principal órgano de defensa inmunitaria del ser humano. La flora intestinal es específica de cada individuo, aunque ciertas especies bacterianas sean comunes. Nuestro sistema inmunitario nos protege de los agentes externos (virus, bacterias...).
El intestino cumple esta función y si uno u otro de sus componentes está debilitado, nuestras defensas naturales son menos eficaces, y es la puerta abierta a las enfermedades.
Los siguientes síntomas pueden ser una señal de un sistema inmunitario debilitado:
- Fatiga persistente, que a menudo esconde estrés crónico o falta de sueño, 2 factores que debilitan la inmunidad
- Aumento de la susceptibilidad a las infecciones, lo que puede dar lugar a resfriados frecuentes, infecciones del tracto urinario, erupciones de herpes, etc.
- Heridas que tardan en cicatrizar.
Molestias urinarias
Los trastornos urinarios hacen referencia a las disfunciones e infecciones del tracto urinario, que alteran la micción, dificultándola o imposibilitándola. De hecho, el primer signo evidente de un trastorno urinario es la dificultad para orinar.
Hay varios factores que pueden provocar molestias urinarias: las relaciones sexuales, una higiene íntima excesiva o insuficiente, la ropa ajustada o sintética, el embarazo, la lentitud del tránsito, el consumo insuficiente de agua...
Los signos que pueden aparecer durante una molestia urinaria son:
- Sensación de presión o pesadez en el bajo vientre
- Necesidad frecuente de orinar pero en pequeñas cantidades
- Sensación de ardor al orinar
- Un fuerte olor a orina.
Estrés
El estrés es el mecanismo psicológico utilizado por el organismo para hacer frente a una situación especialmente difícil y/o temida. Incluye un conjunto de reacciones físicas y fisiológicas.
El estrés suele ser de corta duración y puede afectar a cualquiera. Sin embargo, también existe el estrés crónico, que es un estrés prolongado y patológico.
Los síntomas del estrés pueden ser físicos o emocionales.
En cuanto a los síntomas físicos, se puede encontrar tensión muscular, problemas digestivos e intestinales, trastornos del sueño, falta de apetito, migrañas, mareos, fatiga, etc.
Los trastornos emocionales se manifiestan en forma de agitación, irritación, indecisión, baja libido, ansiedad, melancolía, depresión, baja autoestima, etc..
Diabetes de tipo 2
La diabetes de tipo 2 es una enfermedad metabólica caracterizada por un exceso crónico de azúcar en la sangre.
La insulina es una hormona segregada por el páncreas y se encarga de regular el nivel de azúcar en la sangre (=glucemia) permitiendo a las células captar y utilizar la glucosa.
En las personas con diabetes de tipo 2, la producción insuficiente de insulina o el hecho de que las células se vuelvan resistentes a su acción modifica el nivel de azúcar en sangre. Este azúcar se acumula en los vasos sanguíneos y provoca lo que se denomina hiperglucemia.
Hay varios factores de riesgo que son:
- Genética o herencia
- Sobrepeso y obesidad
- Estilo de vida sedentario
- Presión arterial alta, etc.
Los síntomas pueden ser:
- Aumento de la sed y el hambre
- Necesidad frecuente de orinar
- Fatiga
- Piel seca, cortes y heridas difíciles de curar, etc.
Colesterol
El colesterol es una sustancia grasa que fabrica nuestro hígado y que también está presente en los alimentos que ingerimos.
El colesterol es esencial para el funcionamiento normal de nuestro organismo porque interviene en la síntesis de muchas hormonas, pero también en la estructura de la membrana que rodea las células. Sin embargo, un exceso de colesterol LDL, llamado "colesterol malo", puede provocar la formación de depósitos en las paredes de las arterias. Estos depósitos provocan gradualmente una pérdida de elasticidad en las arterias, reduciendo su diámetro y aumentando el riesgo de infarto, derrame cerebral o arteritis.
Los síntomas del colesterol alto son síntomas de las complicaciones que pueden surgir. Por ejemplo: dolor en las pantorrillas, dolor en el pecho y sensación de opresión, náuseas, mareos, fiebre, dolores de cabeza, falta de aire, palpitaciones, sensación de frío en las extremidades de los miembros, pérdida de fuerza (brazos, piernas, manos, pies, cara) y especialmente en un lado, visión borrosa, dificultades para hablar, etc.
Crecimiento del niño
El desarrollo fisiológico del niño se basa en un conjunto de mecanismos que requieren vitaminas, minerales y oligoelementos.
La infancia es un periodo importante, que a veces puede verse salpicado por ciertos trastornos.
Entre los 0 y los 5 años, las principales etapas de crecimiento son muy visibles, porque son físicas, pero no hay que olvidar que el cerebro y las funciones cognitivas también están en constante evolución hasta la adolescencia. Por lo tanto, es muy importante que tus hijos reciban un buen aporte nutricional para asegurar la solidez y la optimización del capital óseo, así como un buen desarrollo de la inmunidad.
Por lo tanto, podemos ayudar a nuestros hijos a crecer de forma natural mediante una dieta equilibrada y los suplementos adecuados.
Alergias
Las alergias son reacciones del sistema inmunitario a sustancias normalmente inocuas. Entre los desencadenantes más comunes están el polen, los ácaros del polvo, la caspa de las mascotas, ciertos alimentos, las picaduras de insectos y los medicamentos.
Los síntomas varían, pero pueden incluir estornudos, secreción o congestión nasal, picor o lagrimeo de ojos, erupciones cutáneas o urticaria, hinchazón, tos, respiración sibilante, dificultad para respirar, náuseas, vómitos, diarrea y, en casos graves, anafilaxia.
El tratamiento consiste en identificar los desencadenantes y evitarlos en la medida de lo posible. Pueden recetarse medicamentos para aliviar los síntomas y las reacciones graves.
Comprender el impacto de la microbiota en las alergias y trabajar con profesionales sanitarios para desarrollar un plan personalizado de gestión de las alergias es esencial para minimizar su impacto en la vida diaria.